Hay muchas maneras de montar un negocio, pero no todas revierten de la misma manera en el entorno en que actúan. El emprendimiento social se distingue del resto de iniciativas empresariales porque busca poner en marcha un proyecto innovador que produzca un cambio social específico y duradero. Los emprendedores sociales intentan generar, lógicamente, beneficios económicos, pero estos quedan en segundo plano respecto al objetivo fundamental: generar un impacto profundo allí donde actúa.