La corrección es más importante de lo que parece a simple vista.
Quizás prefieran redactar ustedes mismos sus propios textos, porque conocen el lenguaje específico, porque tienen unas normas de estilo de la empresa. Pero, ¿tienen alguna garantía de que estos documentos están redactados de una forma precisa y correcta?
Tal vez un conocido o un pariente que habla la lengua de destino les ha hecho una traducción más o menos correcta. O crean que con la traducción mediante un programa de traducción automática ya pueden publicar un texto. ¿Están seguros de que un documento está listo para ir a la imprenta? Si los textos no son el máximo de precisos y correctos, su empresa quedará mal y tendrán que volver a imprimir los anuncios, folletos, tarjetas, documentos de marketing, etc., con el costo suplementario que ello comportará.
Siempre es conveniente que un profesional les eche un vistazo para tener la garantía de que no habrá ningún error que destruya la buena impresión que desean dar.